LA MACULOPATÍA SE CRONIFICA, PERO NO SE CURA, SEGÚN LOS ESPECIALISTAS
Los antiangiogénicos, la mejor opción para tratar la DMAE
Hasta un 95 por ciento de las personas con degeneración macular asociada a la edad (DMAE) se pueden beneficiar del tratamiento con antiangiogénicos, de forma que pueden convertirse en pacientes crónicos con una mejor calidad de vida.
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) "más que curable, es cronificable". Con esta conclusión, el oftalmólogo José Manuel Díez del Corral ha cerrado su conferencia Degeneración macular asociada a la edad. ¿Ya es curable la primera causa de pérdida visual irreversible en el anciano?, en las jornadas APGrade'10: De la evidencia a la práctica clínica, celebradas en Valladolid y organizadas por Semergen y el Instituto de Formación Novartis.
No obstante, los antiangiogénicos son hoy una alternativa eficaz para tratar la DMAE húmeda o exudativa, un "proceso patológico devastador en pocos meses, lo que hace que empezar tarde el tratamiento pueda derivar en un fracaso absoluto", según este especialista de la Clínica Oftalmológica Díez del Corral, de Madrid, para quien es imprescindible estar "atentos a los cambios en la instauración del deterioro visual del anciano".
Los riesgos derivados de los antiangiogénicos son muy reducidos y apenas superan al 1,5 por ciento de los pacientes tratados
"De los tres antiangiogénicos que se están aplicando, Lucentis parece el más eficaz", a juicio de José Manuel Díez, por delante de Macugen y Avastin. Inyectados de forma intravítrea, son útiles en todos los subtipos de la enfermedad. Una de sus ventajas es que tienen un "efecto muy temprano" aunque "transitorio", por lo que precisan nuevas dosis cada cuatro a ocho semanas hasta que se estabiliza la lesión. Una vez en este punto, es previsible que el paciente necesite reinyecciones incluso de por vida. Otro inconveniente puede ser su "altísimo coste", que llega a rondar hasta los 1.200 euros por cada inyección.
En esta jornada destinada a los médicos de primaria que deben detectar síntomas de DMAE también se habló de los riesgos derivados del uso de antiangiogénicos. Son muy reducidos, según el ponente, ya que menos del 1,5 por ciento de los usuarios tienen problemas, que podrían ser locales como la endoftalmitis, la hemorragia vítrea y el desprendimiento de retina.
En cuanto al pronóstico con un tratamiento con antiangiogénicos, Díez asegura que "la ganancia de visión se produce en los cuatro primeros meses". El paciente necesitará "una revisión mensual hasta que se cumpla un año de estabilidad". Se volverá a tratar con inyección mensual si hay pérdida de agudeza y engrosamiento macular. "Son unas pautas de revisión estrictas que implican mejores resultados a largo plazo". Entre el 90 y el 95 por ciento de los pacientes con DMAE responden bien a los antiangiogénicos, de forma que pueden convertirse en pacientes crónicos con mejor calidad de vida.
Ante el futuro, para la DMAE exudativa hay abiertas hasta ocho líneas diferentes de investigación con los antiangiogénicos, para los que se buscan características como la liberación sostenida, entre otras. "Hemos encontrado algo eficaz; sólo hace falta que sea duradero". En cuanto a la DMAE seca, un envejecimiento exagerado macular de instauración lenta, "no existe curación".
Las causas de la DMAE son de origen multifactorial, siendo la edad la primera de ellas. Son más propensas las personas de raza caucásica, con riesgos vasculares y con antecedentes genéticos. La padecen entre el 20 y el 30 por ciento de mayores de 65 años. Supone un gran impacto social y personal para los afectados, ya que sufren serias limitaciones en su vida diaria y tareas cotidianas.
Es muy habitual que el diagnóstico de DMAE llegue tarde, en ocasiones cuando las lesiones ya están muy avanzadas y responden peor al tratamiento o son intratables. Esto sucede porque se asume como algo normal el hecho de que una persona mayor no pueda ver bien.
Los antiangiogénicos, la mejor opción para tratar la DMAE
Hasta un 95 por ciento de las personas con degeneración macular asociada a la edad (DMAE) se pueden beneficiar del tratamiento con antiangiogénicos, de forma que pueden convertirse en pacientes crónicos con una mejor calidad de vida.
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) "más que curable, es cronificable". Con esta conclusión, el oftalmólogo José Manuel Díez del Corral ha cerrado su conferencia Degeneración macular asociada a la edad. ¿Ya es curable la primera causa de pérdida visual irreversible en el anciano?, en las jornadas APGrade'10: De la evidencia a la práctica clínica, celebradas en Valladolid y organizadas por Semergen y el Instituto de Formación Novartis.
No obstante, los antiangiogénicos son hoy una alternativa eficaz para tratar la DMAE húmeda o exudativa, un "proceso patológico devastador en pocos meses, lo que hace que empezar tarde el tratamiento pueda derivar en un fracaso absoluto", según este especialista de la Clínica Oftalmológica Díez del Corral, de Madrid, para quien es imprescindible estar "atentos a los cambios en la instauración del deterioro visual del anciano".
Los riesgos derivados de los antiangiogénicos son muy reducidos y apenas superan al 1,5 por ciento de los pacientes tratados
"De los tres antiangiogénicos que se están aplicando, Lucentis parece el más eficaz", a juicio de José Manuel Díez, por delante de Macugen y Avastin. Inyectados de forma intravítrea, son útiles en todos los subtipos de la enfermedad. Una de sus ventajas es que tienen un "efecto muy temprano" aunque "transitorio", por lo que precisan nuevas dosis cada cuatro a ocho semanas hasta que se estabiliza la lesión. Una vez en este punto, es previsible que el paciente necesite reinyecciones incluso de por vida. Otro inconveniente puede ser su "altísimo coste", que llega a rondar hasta los 1.200 euros por cada inyección.
En esta jornada destinada a los médicos de primaria que deben detectar síntomas de DMAE también se habló de los riesgos derivados del uso de antiangiogénicos. Son muy reducidos, según el ponente, ya que menos del 1,5 por ciento de los usuarios tienen problemas, que podrían ser locales como la endoftalmitis, la hemorragia vítrea y el desprendimiento de retina.
En cuanto al pronóstico con un tratamiento con antiangiogénicos, Díez asegura que "la ganancia de visión se produce en los cuatro primeros meses". El paciente necesitará "una revisión mensual hasta que se cumpla un año de estabilidad". Se volverá a tratar con inyección mensual si hay pérdida de agudeza y engrosamiento macular. "Son unas pautas de revisión estrictas que implican mejores resultados a largo plazo". Entre el 90 y el 95 por ciento de los pacientes con DMAE responden bien a los antiangiogénicos, de forma que pueden convertirse en pacientes crónicos con mejor calidad de vida.
Ante el futuro, para la DMAE exudativa hay abiertas hasta ocho líneas diferentes de investigación con los antiangiogénicos, para los que se buscan características como la liberación sostenida, entre otras. "Hemos encontrado algo eficaz; sólo hace falta que sea duradero". En cuanto a la DMAE seca, un envejecimiento exagerado macular de instauración lenta, "no existe curación".
Las causas de la DMAE son de origen multifactorial, siendo la edad la primera de ellas. Son más propensas las personas de raza caucásica, con riesgos vasculares y con antecedentes genéticos. La padecen entre el 20 y el 30 por ciento de mayores de 65 años. Supone un gran impacto social y personal para los afectados, ya que sufren serias limitaciones en su vida diaria y tareas cotidianas.
Es muy habitual que el diagnóstico de DMAE llegue tarde, en ocasiones cuando las lesiones ya están muy avanzadas y responden peor al tratamiento o son intratables. Esto sucede porque se asume como algo normal el hecho de que una persona mayor no pueda ver bien.