Una pequeña partícula insignificante
tan pequeño que de las manos se escurre
tan poquito para muchos,
tan invisible para otros.
Es asi mi granito de arena
imperceptible para mis ojos,
tan enterrado en mi pecho.
Un símbolo de lucha,
un grito desesperado,
un eco de sufrimiento,
una lagrima en mi mejilla,
un dolor tan intenso
que provoca la injusticia.
Con solo eso quiero convencerte
para que me obsequies tu granito
y aportar a este vacío,
un poco de coherencia.
Tan pequeño es mi aporte
pero tan grande su destino,
que este mísero granito busca a otros que se sumen,
así una playa de esperanzas
nacera ante tus ojos,
con solo un átomo de arenisca
notaras la diferencia.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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