domingo, 14 de octubre de 2012

Degeneración macular de la retina: Test genético para medir los riesgos

Degeneración macular de la retina: Test genético para medir los riesgos. Un sencillo sistema que, a partir de unas gotas de sangre, permite evaluar los riesgos de padecer esta enfermedad, una de cuyas consecuencias es la pérdida permanente de visión. El test de detección también incorpora una tabla de riesgos de desarrollo de esta patología. Sus resultados se pueden obtener en tan solo unos días y solo es necesario hacerse la prueba una vez en la vida para saber si estamos en el grupo de candidatos a padecer degeneración macular asociada a la edad. 
uele aparecer a partir de los 50 y, como señalan los médicos y especialistas, es una de las principales causas de pérdida de la visión en la senectud. La degeneración macular de la retina asociada a la edad afecta, como su nombre indica, a la mácula (zona de la retina del ojo), encargada entre otros de proporcionar la visión de los detalles. Detrás de esta patología, sí puede haber una predisposición hereditaria, y de ahí la posibilidad de identificar a través de un test genético los riesgos de padecer degeneración macular. El test ha sido desarrollado por la Fundación Rementería con la colaboración de la Fundación de Investigaciones Biomédicas y viene acompañado de una tabla de riesgos. El test permite detectar, tal y como han explicado los responsables, los polimorfismos o las alteraciones en los genes CFH, ARMS2 y C3, directamente asociados a esta patología. Los resultados se obtienen en unos días.
Según los expertos, determinadas variaciones genéticas pueden incrementar hasta en un 50 por ciento las posibilidades desarrollar degeneración macular. Identificar los riesgos, en función de la edad, permitirá poner en práctica una serie de recomendaciones (tabla de riesgo) para detener la evolución de una patología que, por el momento, no tiene cura, ya que no hay ningún tratamiento capaz de evitar el proceso de envejecimiento de la mácula. Conocer el riesgo también es importante porque estamos ante una patología que puede presentarse sin síntomas evidentes en sus fases iniciales. Pero sí está en nuestras manos el seguir una serie de consejos como evitar el tabaco y seguir una alimentación sana y equilibrada, especialmente rica en frutas y verduras.
La mácula, como hemos apuntado anteriormente, se encuentra en la retina del ojo y es la que, entre otros, hace que nuestros ojos se muevan al leer para ir enfocando el texto. Se distinguen dos tipos de degeneración macular, seca y húmeda. La primera es la más común, y causa la atrofia y la degeneración de la retina. Por su parte, la húmeda puede provocar una proliferación de vasos sanguíneos que, por su fragilidad, dejan escapar el líquido y la sangre de su interior que se acumula en debajo de la mácula. Entre los principales factores de riesgo de la degeneración macular de la retina asociada a la edad los expertos incluyen ser mayor de 50 años, ser fumador/a, la exposición excesiva a los rayos solares, tener los ojos y la piel de color claro, los problemas de obesidad y los antecedentes hereditarios. En concreto, la genética o la herencia nos hacen hasta tres veces más vulnerables a padecerla.

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