Una startup del campo de las células madre tiene como objetivo probar el uso de células madre neurales para el tratamiento de las dos principales causas de ceguera.
Resucitando la retina: las células madre neurales humanas inyectadas en la retina de ratas que fueron diseñadas para volverse ciegas forman una capa de tejido (morado) entre los fotorreceptores de los animales (azul) y el epitelio pigmentario de la retina (negro), que normalmente alimenta los fotorreceptores. Una startup llamada StemCells tiene como objetivo empezar las pruebas de estas células en humanos para el tratamiento de la retinitis pigmentosa y la degeneración macular, dos enfermedades degenerativas que causan ceguera. Fuente: Trevor McGill |
Las ratas modificadas genéticamente para perder la vista pueden ser protegidas de la ceguera mediante inyecciones de células madre neurales humanas, según un estudio presentado la semana pasada en la conferencia Sociedad Internacional para la Investigación de Células Madre en San Francisco. StemCells, una startup con sede en Palo Alto, California, planea usar estos resultados positivos para solicitar la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE.UU. para comenzar ensayos en humanos. La empresa ya está probando la células en niños con un trastorno raro del cerebro con consecuencias fatales llamado enfermedad de Batten.
Las células de la empresa son obtenidas de tejido fetal humano y se hacen crecer en cultura. Para determinar si estas células pueden proteger contra la degeneración de la retina, los científicos estudiaron ratas genéticamente modificadas para perder progresivamente sus fotorreceptores--células de la retina que convierten la luz en señales neurales. Estos animales son de uso general como modelo para estudiar la degeneración macular y la retinitis pigmentosa, las dos principales causas de ceguera que derivan de la pérdida de células en la retina. Los investigadores inyectaron alrededor de 100.000 células en los ojos de los animales cuando las ratas tenían 21 días de edad. Según Alexandra Capela, científico de StemCells quien presentó el trabajo, las células migran con el tiempo, formando una capa entre los fotorreceptores y una capa de tejido llamada epitelio pigmentario de la retina, estas células nutren y apoyan los fotorreceptores.
Utilizando unos electrodos implantados en el sistema visual, los científicos midieron los niveles más bajos de luz que las ratas podían detectar. Encontraron que las células protegían la visión en la parte de la retina en la que fueron implantadas. También evaluaron la agudeza de los animales mediante el examen de la velocidad máxima a la que seguían una serie de barras en movimiento, un reflejo natural en las ratas. "Los animales tratados mantuvieron un alto nivel de agudeza visual, mientras que en los animales no tratados ésta se redujo de manera constante", indicó Capela.
En realidad, las células implantadas no se convierten en nuevos fotorreceptores; de hecho, parecen mantener su estado indiferenciado. Por lo tanto, no está claro cómo protegen contra la ceguera. "El efecto neuroprotector en las ratas es interesante, pero el mecanismo sigue siendo bastante oscuro", señala Thomas Reh, neurocientífico de la Universidad de Washington, en Seattle, quien no participó en el estudio.
Raymond Lund, científico del Casey Eye Institute de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón, quien colaboró en el estudio, indica que las células "parecen evitar el defecto de alguna manera sin llegar a corregirlo." Esto puede deberse a que las células crean factores de crecimiento que se conoce que mantienen vivas las células dañadas, señala Lund, quien también ha probado las células en un modelo animal de ceguera diferente. Otra hipótesis es que las células ayudan a limpiar los residuos celulares que se acumulan en la retina de estas ratas y que dañan los fotorreceptores.
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